TU MORADA
Noches inacabables
nos ocultaban
entre las encendidas estrellas
de tu cielo
y la delicia cadenciosa
de tu nombre
se esparcía caprichosa
hasta en los rincones.
Todo era inmenso.
De la nada
inventábamos horizontes
donde enmudecían
enmarañados mis dedos:
fuimos dueños
y esclavos de unos ojos
chorreantes de presagios,
trastornados de destinos,
húmedos de desvelos.
Ahora soy apenas el sueño
del fuego y la llama,
una condena muda,
el vacío
donde mora tu fantasma.
nos ocultaban
entre las encendidas estrellas
de tu cielo
y la delicia cadenciosa
de tu nombre
se esparcía caprichosa
hasta en los rincones.
Todo era inmenso.
De la nada
inventábamos horizontes
donde enmudecían
enmarañados mis dedos:
fuimos dueños
y esclavos de unos ojos
chorreantes de presagios,
trastornados de destinos,
húmedos de desvelos.
Ahora soy apenas el sueño
del fuego y la llama,
una condena muda,
el vacío
donde mora tu fantasma.
Eve V.Gauna Piragine
Hola llevo algún tiempo leyendo las cosas que escribes y te tengo que decir que me llegan y me gustan, me emocionan...no sé. Me gustaría invitarte a escribir un deseo en mi blog. Entra y merodea un poco, lee la dinámica poética y si te animas yo estaría encantada de recibirte. Es un placer leerte.
ResponderEliminarhttp://elblogdeadelea.blogspot.com
En facebook soy Carmen Membrilla Olea.
Un saludo y hasta pronto