DESCUIDOS
A veces olvido olvidarte
y me recorres las venas
como un tropel salvaje
vicioso de orillas y vertientes.
Entonces el corazón renace
otra vez ávido e incipiente,
emerge latiendo de su herida
unido al sendero y al reflejo
de pasos que se han perdido
sin llegar a ser vida
sin pasar a ser de muerte.
Y en ese continuar manando
entre los filos de finales
es donde te encuentro
cuando cortan
los recuerdos en la mente
y duelen
clavándose en el cuerpo.
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