AQUELLA PIEDRA QUE FUE ESTRELLA
Tomé entre mis manos la flor de los años
y comencé a deshojar días,
los pétalos con simpleza
caían ya sin dueños pero no libres de mi.
Con ellos cayeron al suelo
una lejanía que llevaba
prendida al corazón,
un adiós que repetimos tantas veces
sin llegar a ser adiós,
un sueño que soñamos
en el cual nunca creíste,
una piedra que fue fuego
y el tiempo la apagó.
Desde ese entonces
no tuve más estrella
en mi cielo,
solo esta flor sin pétalos
en el jarrón de tu nombre.
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