EL REFLEJO DEL GOLPE
No eran míos
esos ojos en mi rostro
que me observaban
desde el fondo del espejo.
Por instinto
golpeé su mirada
con mis manos.
Al momento de cortarme
los trozos de vidrio
se escabulleron
vertiginosos
en diversas direcciones.
Después desde todos ellos
cientos de ojos
de demonios y dioses
observaron indiferentes
como la sangre
desertaba de mis venas
huyendo hacia el suelo.
Eve V.Gauna Piragine
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