martes, 8 de abril de 2014

CUIDADO CON LO QUE DESEAS






CUIDADO CON LO QUE DESEAS


Esta noche seducida por imposibles
ama hasta la muerte 
el alma inaccesible de un viejo amor.
La noche 
tiene cuello de cisne negro 
temblando entre la niebla.
Acariciando
navajas se degüella a sí misma
y de su garganta brotan sombras
desgarbadas.
Negrura de garras, alas, plumas
crean un cuervo que repite:
nunca más.
Las venas de la noche
sangran penas
ante las puertas de los tormentos
de áquellos que desean
la esencia que pertenece
a lo que se murió.
Mis ojos son criaturas
trasnochadas
jamás veré salir el sol.

Eve V.Gauna Piragine

sábado, 5 de abril de 2014

OSARIO DE PALABRAS








 OSARIO DE PALABRAS



Estas palabras no callan ni dicen
solo reflejan lejanos 
sonidos ajenos.
Yo las escucho como mías
aunque sé que no lo son.
Son palabras con sabores
que sedimentan bajo la lengua,
esa mansedumbre de lo amargo
cuando el pasado vuelve a la boca
y se entremezcla con lo dulce
porque no existe pureza
ni siquiera en la amargura.
Perfumes de palabras que pasan inadvertidos 
por comunes, cotidianos, por simples,
como el aroma de la tarde o la mañana.
Los días huelen a tormentas solares
y las noches se envuelven despreocupadas
en fragancias lunáticas.
Palabras extrañas llenando espacios
vibrando en la garganta, no germinan
desde la raíz de las cuerdas vocales
por eso desconocen el dolor de nacer
y no cargan la herencia del miedo a morir.
Son palabras fragmentadas
dispersas, mutiladas.
Palabras de humo en espirales que encierran
pájaros inexistentes que chillan
mientras se elevan a un cielo que jamás me mira
para no ver mis ojos deletreando cegueras 
entre lo que se dice y se calla.


Eve V.Gauna Piragine

jueves, 3 de abril de 2014

BARES SACROS





BARES SACROS

Desahogando ahogos en las noches
que caben en vasos incontables
entre botellas que albergan 
rebeldías líquidas hasta más no poder
al resguardo de estos bares sacros.
Fieles devotos de los excesos
congregación de almas 
arrodilladas en la sal de la vida
pero de pie ante la barra que se erige 
a veces como una versión 
del muro de los lamentos y otras 
como un improvisado confesionario 
de iglesia donde el santo perdón 
de los pecados se nos unge en la frente 
desde las manos no santas de amigos
hermanos de diferente sangre compartida 
en las venas de distintos cuerpos.
Este es el ritual donde se rinde tributo 
a la pena, al festejo, a la derrota
o a la victoria de una sola manera.
Bailarines incansables  
del rítmico vaivén de las palabras
batallando desde el verbo de la verdad
equilibristas suicidas en la cuerda floja
de la precaria existencia.
Siempre bien dispuestos 
a la insanía de defender 
como único credo: el ideal
sin mas armas que las utopías.
Mansos corderos y lobos hambrientos a la vez.
Incorregibles bebedores compulsivos
del exilir de los sueños
mineros dinamitando los límites
de una falsa moralidad que justifica las caras 
de la hipocresía con sus dedos acusadores.
Señalar es una moda que nunca termina.
Y las horas nocturnas suelen quedar cortas
entonces se le amputa algún pedazo al día
hasta que el cansancio nos dispersa
como fugitivos y huimos a morir
un rato en alguna cama después de agonizar.
Duelen los huesos cuando pagan peaje
al traspasar los umbrales hacia el descanso 
y el despertar, ese es un regreso
que también duele.
Pero caminar sin rostro ni nombre
por las calles anónimas de la libertad 
donde somos nadie y de nadie
invisibles aullidos audibles
que desatan nudos en los oídos ciegos de todos,
eso no tiene precio. Y eso es vivir.

Eve V.Gauna Piragine