Plegaria por los imposibles
.
Somos orillas
de un mismo río
el agua que nos separa
nos une a la vez.
El amor que es,
sin deber haber sido
por cobardía a veces
es enterrado vivo
pagando el pecado
de atreverse a nacer.
Y así, mi amor tan puro
pero rebelde, aventurero,
al arrullo de los imposibles
de a poco se irá durmiendo,
recostado en un manojo
tan pequeño y anémico
de noches furtivas
que soñaron con lo eterno.
Se quebrará el silencio
de alguna alborada
cuando eleve a Dios
esta humilde plegaria
donde le pido luz
para los amores vivos,
le suplico paz
para los amores muertos
y le ruego piedad
para los amores que son
aún no debiendo ser.
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