LA DESLEALTAD DEL TIEMPO
En este ocaso
de herida abierta
que comienza
a derramarse en noche,
donde intento el alivio
de mis días,
mis delirios, mis fatigas,
he vuelto a reencontrar
tus ojos oscuros,
profundos,
infinitamente negros.
Tan míos a veces,
tan de nadie otras,
tan del viento siempre.
He vuelto a embriagarme
en la fragancia vívida
de tu piel
marcada de tiempo
y he vuelto a perderme
en la dispersa luz
que canta "es amor aún"
mientras las sombras
claman "ya es tarde".
Y el alma mansa
se entrega y calla
a la inexistente
inmortalidad del instante.
he vuelto a reencontrar
tus ojos oscuros,
profundos,
infinitamente negros.
Tan míos a veces,
tan de nadie otras,
tan del viento siempre.
He vuelto a embriagarme
en la fragancia vívida
de tu piel
marcada de tiempo
y he vuelto a perderme
en la dispersa luz
que canta "es amor aún"
mientras las sombras
claman "ya es tarde".
Y el alma mansa
se entrega y calla
a la inexistente
inmortalidad del instante.
Parece ser que ya es tarde a pesar que el día aún no ha concluido, existe un rezago, un instante preciso,que permite concluir de buen modo y comprenderlo todo, hasta lo malo.
ResponderEliminarEntonces no todo está perdido queda lo más importante,recapacitar y actuar sobre lo vivido y disfrutar al máximo este ultimo rezago que queda.
Porque el día no ha terminado Y porque aun queda un instante, disfrutare contigo lo que falte de luz antes que la noche nos cubra con su manto.
Aleff