ESA CRIATURA INTERIOR: EL ALMA
Ella es la timidez de la niebla
asomando a contraluz
una fortaleza de cristal
condenada a su propia fragilidad
la inutilidad de los oídos
de un Cuasimodo
amante de las campanadas
una rama desnuda de pájaros
custodiando la clorofila
asomando a contraluz
una fortaleza de cristal
condenada a su propia fragilidad
la inutilidad de los oídos
de un Cuasimodo
amante de las campanadas
una rama desnuda de pájaros
custodiando la clorofila
esperanzada
en otra primavera
mientras duermen las mariposas.
Lleva marcado el número
de un siglo equivocado
latiendo en el destierro.
Y quizá sea también
en un principio
el mismo sílice y el fuego
la nube rosa de la que surge
Esmeralda ostentando su belleza
la memoria que recrea
constantemente
la verde ilusión de las hojas
esperando las variantes
de los colores que aletean
y la inocencia que vuela.
Pero no logra evitar ser
la tortura del número
en la libertad de la idea.
Tú me ves apenas entre sus dientes
cuando ella los muestra.
en otra primavera
mientras duermen las mariposas.
Lleva marcado el número
de un siglo equivocado
latiendo en el destierro.
Y quizá sea también
en un principio
el mismo sílice y el fuego
la nube rosa de la que surge
Esmeralda ostentando su belleza
la memoria que recrea
constantemente
la verde ilusión de las hojas
esperando las variantes
de los colores que aletean
y la inocencia que vuela.
Pero no logra evitar ser
la tortura del número
en la libertad de la idea.
Tú me ves apenas entre sus dientes
cuando ella los muestra.
Eve V.Gauna Piragine
Y quizá sea...
ResponderEliminarlo que tiene que ser.
Siempre JOSE-MARIA, siempre es ni más ni menos lo que tiene que ser. Gracias por leer el poema. Un beso.
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