NO NOMBRARTE
El amor estaba
en cada excusa
que buscábamos para vernos
y estaba también
en las tantas veces
que decidimos evitarnos.
El amor se nos revelaba como una ausencia
rota por los pensamientos
y alimentada por las circunstancias.
El amor nació sin quererlo
en el mismo instante en que nos conocimos
se disparó en el aire a quemarropa
con su puntería certera
y desarmó el esqueleto de nuestras realidades.
El amor nos transformó
en dos equilibristas idiotas
en un par de sombras tramposas
unidas por una huida
constante hacia ningún lado.
Ahora el amor está en la costumbre simple
de no nombrarte.
Eve V.Gauna Piragine
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